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OPINIONES

LA DERECHA ESPAÑOLA, CONTRA ZP Y LOS VALORES REPUBLICANOS

La revista “católica” Alfa y Omega, suplemento semanal de ABC, dedicó ayer el tema de portada a explicar las maldades que se hicieron en la II República contra la Iglesia, los católicos, y sus derechos. Es la respuesta de la derecha católica a la defensa que en alguna ocasión ha hecho José Luis Rodríguez Zapatero a los “valores republicanos”.
El semanario católico de ABC ha atacado con fuerza. Con una portada muy llamativa y cinco páginas de análisis escritas por diversos historiadores, cercanos a los círculos del Opus Dei y a los sectores más conservadores del catolicismo. El título de la portada, sobre una vistosa bandera española, dice así: “La República: una cuestión provocada” y pretende reflejar una visión claramente negativa de la II República.
Contra Zapatero La presentación editorial se refiere a la conmemoración del 75 aniversario de la proclamación de la Segunda República, pero todos los articulistas tratan de desmentir, de un modo u otro, lo que Zapatero ha venido diciendo acerca del “espíritu que hay que recuperar” de esa época. Para todos ellos, esos años fueron años de persecución descarada hacia la Iglesia, asesinatos impunes de sus miembros, y de un “laicismo agresivo”, que, según afirman, acabaron siendo uno de los factores desencadenantes de la Guerra Civil y, por lo tanto, no hay nada que reivindicar de la II República.
El asesor religioso de Aznar Alberto de la Hera firma un artículo que pretende demostrar que la II República “nunca fue de verdad democrática”. De la Hera es catedrático de la Universidad Complutense, fue el director general de Asuntos Religiosos de José María Aznar, durante los ocho años de su gobierno.
La República no fue democrática Su texto está claramente dirigido a demostrar que Zapatero está equivocado: “Por mucho que se quiera ahora presentar la Segunda República como un momento democrático de la Historia de España, de feliz recuerdo, y como el modelo de sistema político nacido de la Constitución de 1979, cualquier historiador sabe que eso no es verdad”. Describe la época llena de “sectarismos y de violaciones de las libertades”.
Zapatero regenera el odio El ex asesor de Aznar acusa al gobierno de Zapatero de “volver” a esa época de “odio”: Desde 2004, afirma “estamos -para nuestro mal- regresando a los planteamientos de la Segunda República: repudio e intento de exclusión de la derecha política y social, cierre del diálogo, intolerancia, disminución de la libertad, complacencia con el terror, odio a las creencias religiosas mayoritarias en España”.
Hermano del portavoz del Papa Otro artículo, el de Rafael Navarro Valls, destaca el anticlericalismo de esa época. Rafael Navarro Valls es catedrático, también de la Universidad Complutense, y hermano de Joaquín, el portavoz de la Santa Sede, y persona de gran confianza del anterior Papa, Juan Pablo II.
Batalla frontal contra la Iglesia Navarro Valls explica con detalles cómo los curas fueron perseguidos y cómo se pretendía “aniquilar a la Iglesia”. La Iglesia era, según el autor, objeto de ataques “peregrinos”, como acusar a los curas de “matar niños con caramelos envenenados”. Para el autor, “si a todo eso se une que un importante sector de la prensa y de las ediciones populares insistía en ver a la Iglesia como un poder espiritual que tiranizaba las conciencias, se explica la batalla frontal contra la Iglesia desatada en las Cortes constituyentes de la Segunda República”.
Ningún punto de referencia Su conclusión es que la política religiosa de ese período histórico “es evidente que no puede ser hoy un punto de referencia serio para un legislador responsable”.
Desprecio y persecución Otra de las páginas está dedicada al laicismo de la II República. La firma Ángel López-Sidro, profesor de Derecho Eclesiástico del Estado, en la Universidad de Jaén. López-Sidro afirma que es necesario explicar la “desconfianza, el desprecio o, en el peor de los casos, la persecución hacia iglesias y creyentes”, durante la República, “habida cuenta de la profesión de principios e ideas republicanas que declaran nuestros gobernantes”.
El Estado se queda la enseñanza López-Sidro habla del “laicismo dirigido directamente contra la Iglesia católica”, y subraya que “la enseñanza queda en manos del Estado”, hecho “trascendente” puesto que “la mayor parte de la educación en aquel tiempo dependía de la actividad de la Iglesia”. El autor critica que el ”anticlericalismo popular” se hubiese “fomentado socialmente”.
Pasividad del Gobierno Finalmente, José Luis González Gullón, becario de investigación de la Universidad de Navarra, relata cómo las relaciones entre el Estado y la Iglesia “se vieron enturbiadas”, y acusa al Gobierno de mantener “una pasividad inicial para repeler los desmanes” en las quemas de iglesias.

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